PAULA TRAPANI: "Ya no tengo que demostrar que no soy una rubia tarada"

Exigente y perfeccionista, dice estar acostumbrada a que todo le salga bien. Defiende su derecho a participar del show de Tinelli sin perder credibilidad como periodista y desmiente desavenencias con Karina Mazzocco en “Mañaneras”.

Por las mañanas conduce un programa detrás de un escritorio, pero apenas oscurece, Paula Trapani se transforma. Al ritmo del zapping cambia de canal –pasa de América al Trece–, se calza patines, ropa sexy y se desliza por la pista al ritmo de la música. Hace tiempo que la rubia de ojos azules rompió con el molde de la periodista tradicional. No tuvo reparos en posar semidesnuda para un programa de Nico Repetto, tampoco de ejercer de acróbata en el circo de Susana, mucho menos de patinar para Marcelo Tinelli.

“Al principio, algunos pacatos dijeron que hacía mal. Pero fue más prejuicioso el medio que la gente. Al público nunca le molestó”.

“Cuando conducía el noticiero de Telefé muchas veces intentaron que me pusiera trajecitos. Entiendo que no hay que lucir algo que llame más la atención que las noticias, pero nunca trancé en lo que me hace sentir incómoda. Cuánto más auténtica una es ante las cámaras, es mucho más creíble”.

–¿Hay retorno después de hacer acrobacia para un circo televisivo?–Siento que ya no tengo nada que demostrar. Soy una mina inteligente y preparada. Cuando empecé tuve que demostrar que no era una rubia tarada. Después ya no. Ahora al contrario. Lo uso a mi favor. Si ser linda me abre puertas: bienvenido.

–¿En algún momento la tildaron de rubia tarada?

–Bueno…, sí, puede ser. Era un prejuicio inicial. Pero, después, es una que tiene que superarlo. Ya no me pasa nada.

–¿Comprende que es difícil tomarla en serio cuando habla sobre el salvataje impuesto por Wall Street al verla patinar en un show?

–No creo que una sea mejor o peor profesional porque, además de conducir un noticiero, juegue al tenis, estudie canto y actuación. Tampoco porque decida participar de un circo o darme permiso de patinar. Soy la misma persona con distintas facetas y distintos costados. No me gusta quedarme con ganas de hacer cosas.

–¿Por ese motivo decidió dejar de conducir un noticiero?

–Los informativos son tan estrictos, estructurados e incompatibles, que no me permitía hacer otras cosas. Estaba cómoda en el noticiero, podía haberme jubilado ahí. Puede ser que rompí el molde, como me decís.

–¿Aceptó patinar sólo porque tenía ganas?

–Partí de ahí, de las ganas. Me divertía el desafío de aprender un deporte nuevo. Me parece que cada uno puede mantener su lugar. No necesariamente una tiene que caer en escándalos. Si uno quiere puede mantener su perfil bajo.

–Tal vez no la dejen tener un perfil bajo, ¿qué hará en ese caso?

–Por ahí alguien se mete conmigo. Al ser pública corrés el riesgo de que la gente opine de vos, sin que se lo pidas. Lo minimizaré.

-¿Es cierto que se lleva mal con Karina Mazzocco en “Mañaneras”?

–¡Me llevo bárbaro con Karina! Estamos adaptándonos la una a la otra, a no pisarnos. Pero hay muy buena relación.

–¿Qué le dijo su marido –el economista Sebastián Lokotek– cuando decidió participar en ShowMatch?

–Que estaba loca. Después lo hablamos, intercambiando opiniones y al final ganó lo visceral. No soy muy estratega con mi carrera. Voy haciendo las cosas que tengo ganas. Si no estuviera patinando haría otra cosa. Hago muchas actividades todo el tiempo. Soy muy energética. Todo lo podés capitalizar, se puede convertir en una experiencia.

–¿Tampoco es estratega en su vida personal?

–No soy de programar, ni siquiera en el día a día. Soy más de improvisar. Tengo algo interno que me dice hacia dónde. Pero no le pongo un nombre y voy hacia ahí. Lo de formar una familia, se dio. Nunca dije que antes de tal edad iba a tener tantos hijos. Tengo a Milena (4) y Joaquín (2). Formé una hermosa familia.

–Patina perfecto, juega bien al tenis y es una buena conductora, ¿qué hace mal?

–Soy muy autoexigente, muy perfeccionista. Estoy acostumbrada a que las cosas me salgan bien. De chiquita era igual. No me permitía sacar una mala nota. Para algunas cosas tengo cierta facilidad. Por suerte ahora lo puedo disfrutar un poco más. Aunque para mí, todo lo hago un poco mal. Lo podría mejorar.

–¿Hay otra Paula Trapani?

–No cambié. Soy la misma que conducía el noticiero. Hoy me ponés frente a cualquier informativo y puedo hacer como lo hacía en Telefé. Sólo que me gusta hacer otras cosas y me doy permiso de hacerlas. No hay lugar para frustraciones en mi vida.

Revista 7 Días