Ese mes, Semanario le presentó al decano de Ingeniería y al rector de la UBA una carta que explicaba que un decreto (el 1172/03, conocido informalmente como “acceso a la información”) nos habilitaba a saber si Alfano estaba o no recibida. Nueve meses más tarde y tras lidiar con muchas de las trabas burocráticas habituales en nuestro país, estamos en condiciones de demostrar que, tal como publicamos el año pasado, Alfano mintió, pues jamás finalizó la carrera.
“No se han encontrado antecedentes relacionados con la expe- dición de diploma universitario alguno a favor de Graciela Alfano”, escribió el subsecretario de Asuntos Jurídicos de la UBA, Leandro Vergara, el 19 de junio de 2008 en el expediente que tuvo que abrirse sobre el caso (N°3166/07).
Allí también consta el testimonio del subsecretario del Departamento de Alumnos de Ingeniería, Aldo Yoder. De su puño y letra puede leerse: “Solo consta que fue alumna de esta casa de estudios Graciela Inés Alfano, habiendo aprobado la última asignatura el 22/04/1976”. Esto demuestra que –como publicamos el año pasado- la vedette cursó parte de la carrera pero jamás la terminó.
Además, un dictamen de la directora de Asuntos Jurídicos de la UBA, Marta Navas, explica que es legal que la universidad nos haya brindado la información que requerimos porque esa universidad es “un ente público estatal, autónomo y autárquico” que “otorga títulos de carácter público y oficial.”
Así es como la infartante rubia que en 1976 subía las escalinatas de su facultad para posar en las fotos de una nota titulada por Clarín revista “Una estudiante modelo”, ahora comprueba la infalibilidad de la ley de gravedad de Isaac Newton, aquella según la cual ahora le toca bajar a la Tierra.
En realidad, se puede afirmar que Alfano entró en una suerte de caída libre porque el artículo 247 del Código Penal argentino establece que arrogarse un título universitario constituye un delito (llamado usurpación de títulos y honores) que se pena con multas de entre $750 y $12.550. “Este delito no es muy habitual, se ven muy pocos casos”, dice el abogado penalista Gonzalo Romero Victorica. “Al ser castigado con una pena de multa, el individuo que sabe que el título que evoca es falso, puede pagar para extinguir la acción, con lo cual la consecuencia inmediata es el sobreseimiento", agrega.
De Mariana Comolli para Semanario



1 comentario:
OTRA VEZ CON LA LOLA AFUERA!!!PERO ESTA MUJER TIENE UNA MANÍA!!!
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