Luego de un largo silencio, la controvertida Silvia Süller volvió a mostrarse y a hablar en un programa de televisión. Y lo hizo nada más y nada menos que en el programa de Susana Giménez, por Telefé. A diferencia de otras oportunidades, no fue sola ya que al estudio llegó acompañada por Christian, el hijo que tuvo con Silvio Soldán y que nació el 23 de mayo de 1991, cuando todavía estaba en pareja con el gran amor de su vida.
Claro que esas presencias significaron un alto costo para los productores ejecutivos ya que, como pudo averiguar Semanario, tuvieron que desembolsar la nada despreciable suma de 30 mil pesos para Silvia y una computadora portátil de última generación para el adolescente.
Por lo general, Susana y su gente tratan de no hacer este tipo de concesiones a invitados pedigüeños, pero esta vez accedieron casi con gusto, según cuentan en los pasillos del canal, porque la conductora aprecia muchísimo a la vedette devenida en relacionista pública de una disco del centro porteño, en donde gana unos 300 o 200 pesos diarios.
Silvia Suller dijo: “Pasé 16 años llorando y haciendo llorar a mucha gente. Acá están mis lágrimas. Ya no lloro más. Tengo el lagrimal seco. Acá lo tengo”.
Christian, contó que trató de no exponer su vida privada y que solo aceptó romper el silencio en ese programa, merced a “los consejos de su padre”, de acuerdo a lo que pudo averiguar Semanario.
Como se recordará, el acercamiento entre hijo y madre se produjo el pasado año, después de que Süller intentara suicidarse, razón por la cual estuvo internada durante un lapso prolongado en una clínica privada de Almagro.
“Hoy con Silvio tengo la onda que tuve siempre, pero tengo que agradecerle un gran gesto que tuvo él conmigo, que no lo puedo decir. Pero gracias Silvio. Sabía que contaba con vos. Después de 16 años de estar separados, fuiste de fierro conmigo”, se despachó la rubia.
Soldán contó: "No es verdad todo lo que dijo", dice, cortante, pero amable, del otro lado de la línea. “Pero no deseo continuar hablando, porque no quiero colgarme del tema”,
“Ella frecuenta la casa de mi madre, pero no la mía que está en la parte de atrás”, dice aclarando los tantos ya que, según su punto de vista. Al mismo tiempo, señala que no le parece raro que Tita le abra la puerta a la mamá de Christian, porque “es buena y generosa con todo el mundo”. Hasta con Nelly, la incasable madre de Silvia que tiene la tenencia del joven, por orden judicial, aunque él vive con el padre.
Revista Semanario - Nota de Juan Ignacio Penlowskyj
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