Particularmente, voy a fiestas y shows de música electrónica para divertirme. Pero jamás me drogué. A mi la droga no me despierta ningún tipo de interés. Mi lema es: con tu vida hacé lo que quieras”, dispara el chico nacido el 7 de octubre de 1982, fruto, siempre según palabras de Alicia, del romance entre ella y Huberto Roviralta, quien jamás lo reconoció como hijo. Carlos cuenta que sus amistades tampoco se drogan. “Por ahí les gusta el alcohol y terminan dados vuelta con algunas copas. Pero nada más”. Y asegura también que ni él ni su clan mezclan drogas y sustancias químicas con bebidas alcohólicas, como señala Alicia.
Tampoco me gustaría verme drogado en el espejo, porque amo la vida y ella está entre los principios de la música electrónica”, comenta el chico que suele presentarse como DJ amateur de esa movida. Eso sí, cuando entra a una disco, Carlos se cuida de que ningún barman le ponga una sustancia alucinógena en su copa. “Uno, soy precavido y sé con la gente que me junto. Dos, la gente de la música electrónica es muy diferente a la de otros ambientes”, destaca Carlos, quien está de novio de una chica tres años menor que él y la única, además de Alicia, que sabía sobre su historia de vida hasta que la madre contó su verdad.
Según Carlos, su novia desde hace un año y nueve meses, no puede ver a su suegra ni en figuritas. “En la policía y en los juzgados existen varias denuncias en contra de mi madre -revela el único hijo de Golán-.
Desde mi novia y su madre, hasta vecinos de mi madre y míos. Veo que esto no te lo dijo en la entrevista. Y seguramente fue porque ella es muy acusadora. Al punto que, en mi trabajo le prohibieron la entrada”, señala suspirando. Pese a que Alicia dijo que Carlos seguía en el hogar materno de Caballito, él la contradice. “No piso el lugar desde hace cuatro años, cuando decidí mudarme a otro departamento, pero en el mismo barrio”, aclara.
Aunque la “forma de pensar” y la actitud “sobreprotectora” de Alicia actuaron como disparadores de su alejamiento.
“Mi madre es una persona muy cerrada -dice Carlos con la mirada perdida-. Como que las cosas normales las tiene muy cambiadas; como que yo tuviera que haber hecho otras cosas y preferí alejarme, diciendo: ‘para bien mío y por el bien de ella, me voy’. Y para que no me haga regresar con la Justicia, esperé cumplir la mayoría de edad”, recuerda quien venía masticando la decisión desde los 14. “A esa edad no tenía la idea de irme , pero sí muchas ganas de cortar una relación enfermiza con mi madre. Porque íbamos a psicólogos y psiquiatras en busca de una solución. Sin embargo, ella no aceptaba la palabra de los expertos. ¿Qué hacía? Muy fácil: dejaba de ir a ese profesional y buscaba otro”, afirma.
El hijo de Alicia que, para sorpresa de varios medios de la época, egresó de la secundaria a los 12 años por su elevadísimo coeficiente intelectual (llegó a integrar MENSA, una organización internacional que nuclea a genios) entiende que su madre tendría que buscarse una pareja. “Desde que nací, siempre estuvo muy sola. Jamás trató de recomponer su vida afectiva. Por cierto, el alejamiento de Roviralta, mientras ella estaba embarazada, la afectó y no se pudo recuperar. En cuanto a cómo supe que mi padre era alguien conocido, lo sé desde que tengo conciencia. Mi madre siempre me lo dijo”
A pesar de todo, yo le guardaba mucho respeto a Huberto. Y sigo teniéndole mucho respeto a su figura. Porque al final y al cabo, mi padre es mi padre. Aunque a mi edad, su presencia no es tan necesaria. - ¿Así de simple, Carlos?- Es que mi padre nunca estuvo. Está ausente.
- ¿Te planteaste estar cara a cara con Huberto?- El tema es que, como estaba con Susana Giménez no quería molestar. Porque tenía su familia, su círculo... - Pero sos su hijo y tenías todo el derecho de acercarte, ¿no te parece?- Más que nada, el que tendría que haberse acercado era él y no yo. Pienso que el día de mañana, si llego a tener un hijo, no lo dejaría sin padre. Es feo estar al lado de una persona que cumpla las dos funciones: padre y madre. Es feo crecer sin la figura del padre, porque es difícil la sociedad. Es algo muy difícil estar solo con tu madre. Es algo que no se lo deseo a nadie. - ¿No te gustaría que Huberto te reconozca de grande, como hizo, por ejemplo, Daniel Scioli con Lorena? - Si me quiere ver en privado, yo no tengo ningún problema de hablar con él. Hasta podríamos iniciar una relación de amigos. - Si hipotéticamente ese encuentro se da, ¿qué le dirías?- En ningún momento le reprocharía ‘¿por qué no te acercaste?’ Creo que lo que menos le gustaría es escuchar es eso. Mi manera de ser es no incomodar al otro. - Entonces, ¿no le harías reproches?- Hay cosas que no son nada lindas, que podrían haberse apaciguado. Digamos, lo hecho, hecho está. Soy una persona que sabe perdonar. Por eso he tenido muchos problemas. - ¿Con tu madre?- Mi madre es un caso aparte. A la madre, uno siempre la perdona. - ¿Es cierto que Alicia no se ve con tu padre desde cuando tenías cuatro años?- No sé. Tengo entendido que con Inés, la madre de Roviralta, que vendría ser mi abuela, se siguió viendo o, al menos, se hablaba por teléfono. - La denuncia que le hizo a Roviralta el 22 de octubre pasado por “el delito de abandono de persona”, ¿es la única o hay anteriores?- Que yo sepa no hubo otras. - De acuerdo a Alicia, antes de presentarla, ¿habló con él?- Tiene su teléfono y dirección. Como poder hablar puede, pero no se cuál es la realidad. - ¿Por qué creés que la hizo?- Por vanidad. - Según tu madre, presentó la demanda sin abogados, porque es perito judicial…
- En estos días, luego de que ella habló por los medios, ¿se te acercó algún familiar o amigo de tu padre?- Aunque quisieran, no podrían. Porque no saben ni dónde vivo ni dónde trabajo. Tampoco creo que haya mucho interés de su entorno y menos de él. Siempre es bueno escuchar las dos campanas. Primero fue Alicia la que contó su historia, plagada de huecos y rarezas. Ahora es Carlos, quien por propia decisión se distanció de su madre y que, por supuesto, aún se guarda mucho “que no se puede contar”.
http://www.revista-semanario.com.ar/ed_1482/nota_00.htm
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