En las últimas semanas una integrante de Gran Hermano se la ve muy exaltada, peleadora y angustiada.
¿Su forma de actuar puede estar relacionada con el aislamiento que sufren los participantes?
¿Su forma de actuar puede estar relacionada con el aislamiento que sufren los participantes?
Las consecuencias que produce el encierro en los participantes del reality show Gran Hermano 5ta Generación promete generar más problemas para Telefe.
Es que a los casos conocidos de Pablo Heredia (quien tuvo que salir de la casa en medio de un grave brote psicótico, con alucinaciones incluidas), Gustavo Judurcha y Patricia Villamea (fueron retirados de la casa porque no soportaban el aislamiento), Tamara Paganini, la “colo” Verónica Zanzul y otros tantos ex integrantes del programa que están en juicio con la emisora, se podría sumar un nuevo caso patológico.
Se trata de la amada y odiada Andrea Rincón, una pulposa morocha de vocabulario informal (casi cloacal) y palabras rudas. La joven pelea, discute, se la ve muy agresiva y, por momentos fuera de sí. Después llora, se angustia y vuelve a enfrentarse a sus compañeros.
Parece conflictuada todo el tiempo y tiene cambios de humor repentinos, sobre todo en las últimas semanas. ¿Es posible que el encierro esté provocando algún efecto nocivo en la joven participante de Gran Hermano? ¿Qué síntomas presentan las personas afectadas? “Toda conducta de encierro, para un ser normal, va a traer consecuencias. Se genera una situación de melancolía y angustia, y además pueden despertarse cuadros patológicos que se desencadenan por el encierro”, explica a Gabriela Renault, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad del Salvador.
“Una mala contestación, una risa fuera de contexto, no aceptar las normas del grupo, que se moleste con personas con las que antes no se perturbaba, son síntomas”, dice. “En el caso de que sea una persona maníaca depresiva, hace la descarga explosiva y después se pone a llorar. Hace picos, sube y baja. Y se siente frustrada”, agrega. En este marco, según apunta Renault, como producto del aislamiento “puede haber distintas apariciones sintomáticas como malos tratos”.
Y agrega: “Generalmente el grupo siente que esa persona está violenta, que cambia de humor, que está muy verborrágica”. Por ello, para la especialista consultada, “el peligro después de eso puede empezar con un acting (una forma de actuar) que lleve a revolear cosas y violentarse cada vez más. Pero esto puede llevar a una escalada”, advierte.“No hay que pensar ¡qué pintoresco, cómo se calentó! Sino que hay que tener cuidado con esa persona”, explica Renault. “A esto hay que sumarle un aliento a la incomunicación, el hecho de que los observen, y que exista un grupo que despierte cosas que no se pueden controlar. Si sigue así, hay que sacar a la persona del grupo porque se la está exponiendo ante todos y ante ella misma”, concluye.
Fuente: Minutouno.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario